martes, septiembre 21, 2010

Sustancial

Un día
la noche se hundía
y bajaste a extender
la perturbada indolencia.

En el bosque
tu voz que se perdió
vagaba en el silencio.

Me propuse buscarla
agitando esquirlas sin cuenta.

Pasada la noche encontré un resquicio...
Tu cuerpo estaba frío
y condenado a una muerte material.

Tus brazos se abrían
(o se habrían cansado de estar vacíos)
y me tomaron fuertemente...
Fuerte mente.

No tenía alternativa,
los colmé de recuerdos llenos
y henos aquí ahora:
juntos,
serenos.


 
*Inspirada en "Nocturno en que nada se oye" de Xavier Villaurrutia

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