Desperté mucho antes que el sol. Sacudí la cabeza y me senté un rato en la cama. Lo que soñé me tenía desconcertada. No podía reaccionar. Luego respiré hondo, cerré los ojos y de nuevo lo vi. Ahí, en medio de una bruma psicodélica de colores que bailaban con brillos electrizantes estaba su mirada. Unos ojos que penetraban en los míos y escapaban por mi nuca como dos balas disparadas a muy corta distancia.
Luego me vi en un campo de girasoles. No sé si aún soñaba.
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ResponderBorrarGracias, Agustín. Bienvenido :)
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